PRIMER PASO PARA GOZAR DE UN SUELO PÉLVICO SALUDABLE

Conocer tu vulva y sentir cómo trabaja la musculatura externa y media de tu suelo pélvico, palpándola. Sí, mira y toca tus tejidos.

Nuestra vulva y los tejidos de nuestro suelo pélvico cambian con nuestra evolución y crecimiento, en color, textura, forma, tamaño y flexibilidad. Y al contrario de lo que podemos pensar, cada vulva es única y diferente. Puedes ver hasta 128 vulvas diferentes en las pinturas de Hilda Atalanta, en su obra The Vulva Gallery.

Las vulvas tienen una amplia variedad de formas y tamaños al igual que los rostros de cada mujer. Tu vulva es genuina y perfectamente normal. Así que, no te dejes llevar por estereotipos y conoce la tuya. 

En algunas ocasiones se confunde la vulva con la vagina. Por esto es importante tener clara cada una de las estructuras que forman tu vulva.

  • El Monte de Venus es la elevación de tejido adiposo ubicada sobre el hueso púbico. Básicamente, donde crece tu vello púbico. Se asocia con la fertilidad y la sexualidad porque tiene muchas terminaciones nerviosas receptivas al tacto y la presión.
  • Los labios externos e internos son pliegues de piel que rodean la entrada de tu vagina. Es importante que sepas que hay gran variabilidad en tamaño, forma y color de labios, y que esto da originalidad a tu vulva. Los labios externos se encuentran más alejados de tu entrada vaginal, y tienen vello, mientras que los internos no tienen vello, y se juntan por arriba por encima del clítoris formando el capuchón o prepucio que lo recubre.
  • El Clítoris es un órgano cuya función es dar placer. Consta de dos partes, el glande del clítoris que es la parte visible y está recubierta por un capuchón o prepucio retráctil; y el cuerpo del clítoris, que se extiende internamente rodeando tu vagina. Existen variedad de tamaños y todos son sensibles al tacto, la presión y la temperatura.
  • La abertura de la uretra es un orificio muy pequeño que se encuentra por debajo del glande del clítoris y por encima de la abertura vaginal.
  • Las glándulas de Skene ubicadas a los lados de la uretra, próximas a la entrada vaginal. Son homólogas a la próstata y pueden liberar un líquido blanquecino o transparente. 
  • La abertura vaginal es la entrada hacia tu vagina. Entre los tejidos de alrededor de la abertura vaginal están, a ambos lados, las glándulas de Bartolino. Su función es lubricar la vagina y no suelen ser visibles ni palpables.
  • El periné es un área de piel que está entre la parte inferior de los labios y el ano. No tiene vello y es sensible al tacto, la presión y la temperatura.

Aunque te parezca poco necesario o te dé pudor, es una parte más de tu cuerpo, y conocerla, no sólo puede garantizarte una buena salud sexual, sino que puede ayudarte a prevenir problemas de tu suelo pélvico y mejorar tu bienestar general.

Te animo a que cojas un espejo o te pongas frente a uno, tomes una postura que te resulte cómoda y sigas las indicaciones para dar el primer paso hacia la salud de tu suelo pélvico.

Obsérvate:

  1. Separa tus labios
  2. Busca el glande de tu clítoris y desliza hacia arriba y abajo su capuchón
  3. Busca la abertura de tu uretra, la entrada de tu vagina, tu periné y tu ano. Hay algo que sale por la abertura de tu vagina o tu ano, o no. Si es así hay que valorar con una fisioterapeuta de suelo pélvico.
  4. Entra en tu vagina con un dedo buscando la pared más alejada en dirección hacia arriba, hacia tu ombligo. Encontrarás tu cuello del útero. Éste es el que debe entrar dentro de tu copa menstrual si la usas.

Explórate:

  1. Entra en tu vagina, ayúdate de tu respiración, y presiona sus paredes:
  •       Qué ocurre cuando introduces tu dedo pulgar y haces presión hacia la pared de atrás. Esto puede generarte ganas de hacer caca.

o   Qué ocurre si tratas de aguantar esas ganas. Esto debe generar una contracción muscular que eleva ligeramente tu dedo hacia adelante y cierra la entrada de tu vagina abrazando tu dedo y se eleva hacia arriba.

Si no genera el cierre de tu vagina, repite la presión con tu dedo pulgar y trata de hacer de manera consciente las contracciones disociando.

  •       Qué ocurre cuando introduces tu dedo índice y haces presión hacia la pared anterior en dirección a tu pubis. Esto puede generarte ganas de hacer pipí.

o   Qué ocurre si tratas de aguantar las ganas. Esto debe generar una contracción muscular.

2. Realiza contracciones y relajaciones con las indicaciones anteriores y observa cómo se producen.

Te dejo algunos ejemplos de casos en los que te animo a realizarte una valoración de suelo pélvico con una fisioterapeuta especialista:

  • Puede ser síntoma de hipertonía:

– si la contracción abraza a tu dedo con excesiva fuerza

  • Puede ser síntoma de hipotonía o exceso de tensión en tu musculatura:

– si la contracción no abraza apenas tu dedo

– si no se produce contracción

– si no puedes introducir tu dedo

– si no puedes introducir tu dedo y sí realizar contracciones

– si no puedes introducir tu dedo ni realizar contracciones

Generalmente, aunque no sepas realizar las contracciones de manera consciente y disociada, deberías sentir cambios en tu musculatura al intentar contraer voluntariamente.  


Hasta aquí todo para una primera y muy necesaria toma de contacto con tu suelo pélvico, que espero te haya ayudado a conectar contigo misma.

La relación con nuestra propia anatomía es crucial, y lamentablemente, el conocimiento de la vulva y su papel en la salud a menudo se pasa por alto y se trata con tabú y vergüenza.

Tú ya estás un paso más lejos de esto y más cerca de ti.

 En Poderío Pélvico podemos enseñarte las claves para gozar de un suelo pélvico saludable a través de un trabajo personalizado. No dudes en contactar con nosotras para saber más.