¿conoces tu suelo pélvico?
El suelo pélvico es el conjunto de musculatura, ligamentos y tejidos que cierran la cavidad abdominal por la parte inferior de la pelvis. En otras palabras, y como su propio nombre indica, es el conjunto de músculos que cierran la pelvis por abajo, que hacen de suelo. Pero claro, se trata de un suelo muy especial pues es flexible y firme a la vez. Y tiene 4 funciones muy importantes: sujeta los órganos del interior de la pelvis -útero, vagina y recto-, da continencia -a orina, gases y heces-, amortigua las presiones dentro del abdomen y juega un papel fundamental en la actividad sexual y el placer.
Está formado por tres planos musculares, y en el caso de las mujeres: el plano superficial, más externo, envuelve el clítoris, vulva, vagina, y esfínter anal. El plano medio contiene el esfínter de la uretra y del ano. Y, el plano profundo sujeta los órganos -útero, vagina e intestino-.
Toda esta musculatura trabaja junto a la musculatura de tu tronco, el diafragma y el resto de tu cuerpo, teniendo un papel fundamental en la estabilización de la pelvis, y en la respiración. Todos ellos forman el denominado Conjunto Abdomino Lumbo Pélvico Perineal (CALPP).
Tu CALPP debe activarse de forma involuntaria y lo hará en mayor o menor medida dependiendo de las presiones que haya dentro de tu cuerpo. Si gritas, toses, estornudas, corres, saltas, estás estreñida, coges cargas, estás embarazada o tienes, durante mucho tiempo en tu día, una postura mantenida fuera de tu eje, tu CALPP estará sometido a más presión.
Tu CALPP se encarga, entre otras cosas, de tu respiración. El ritmo con el que respiras genera más o menos presión en tu cavidad abdominal y pélvica.
Debido al peso de los órganos, las posturas mantenidas fuera de nuestro eje, el sedentarismo y a las respiraciones nerviosas, nuestra musculatura pélvica tenderá a debilitarse y relajarse en exceso, si no ponemos remedio, acarreando una serie de dificultades en nuestro día a día como la incontinencia urinaria, la sensación de presión o pesadez en la pelvis, el dolor en las relaciones sexuales, etc.
Afortunadamente, podemos prevenir o recuperarnos de todo lo anterior si reeducamos y readaptamos nuestro CALPP, ejercitamos nuestra musculatura y aprendemos a integrarla de manera consciente en nuestro día a día, y en nuestros entrenamientos.
También hay otros factores como el embarazo, el parto, el estreñimiento, los deportes de alto impacto y los cambios hormonales de la menopausia que afectan al debilitamiento de los tejidos del suelo pélvico, ocasionando prolapsos e incontinencias. Para ello una reeducación y readaptación del mismo será la clave de una recuperación efectiva.
Estoy segura de que ya conoces tu diafragma respiratorio pero, ¿has escuchado hablar de tu diafragma orofaringeo y tu diafragma pélvico y sus relaciones? Te adelanto un poco de información sobre estos. El suelo pélvico es uno de los tres diafragmas que tiene nuestro cuerpo. Y, como ya hemos mencionado, debe amortiguar el impacto y las presiones en consonancia con los otros dos.
Cuando ejercitamos el suelo pélvico se siente una contracción muscular que cierra y eleva hacia adentro y hacia arriba, es decir, que conecta ano-vagina-uretra-punto clave (punto imaginario ubicado entre el hueso del pubis y el ombligo). Se pueden realizar cierres por niveles, parando en cada uno, o en bloque.
En Poderío Pélvico podemos ayudarte a conocer mejor tu suelo pélvico a través de un trabajo personalizado (individual o en grupo). No dudes en contactar con nosotras para saber más.